martes, 26 de octubre de 2010

EJERCICIO 3

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Día nublado, oscuro y frío de invierno. El sol apenas ilumina el lugar; un callejón estrecho de edificaciones antiguas y grandes árboles, un tapiz de hojas otoñales dibujan un lugar solitario y un poco lúgubre. 

La cámara apoyada en el suelo deja ver en primer plano unas largas escaleras de piedra de una edificación imponentemente grande y por la erosión parece ser bicentenaria.

A lo lejos cruzando la esquina aparece una silueta, no podemos detallar de quien se trata, si es hombre o mujer, alto o bajo o incluso si de verdad es una persona o simplemente una recreación de nuestro subconsciente.

Poco a poco la silueta se va acercando muy lentamente hacia el primer plano, mientras que a lo lejos oímos sus pasos. El intenso viento invernal mueve las hojas que revisten el suelo, borrosa la silueta se sigue acercando, de pronto una docena de palomas aterrizan planeando en el tope de la gran escalinata, muy cerca de la inmensa puerta de madera acorazada que resguarda la edificación.

Nuestro aún indefinido personaje alcanza el primer plano, sólo podemos detallar vagamente una larga gabardina que al parecer le llega hasta los pies, la cual lo protege del clima y en antiguo sombrero color arena que lleva en la cabeza… logra alcanzar el primer escalón de los 35 que conforman esta gran escalera y oímos como con desgano comienza a subirlos.

La imagen cambia de perspectiva y al nivel de la cadera de nuestro protagonista, vemos como logra llegar hasta la magnífica puerta del recinto, mientras al poner el pie en el último escalón las palomas echan a volar.

Subimos hasta los hombros de nuestro personaje y vemos como debajo de ese antiguo sombrero, sobresale con descuido una especie de melena rojiza oculta por la sombra que éste genera.

De pronto la imagen de un cura en primer plano rompe en la escena; de cara arrugada, sotana negra como el ébano y colgando del cuello un crucifijo de unos 15 centímetros, dorado con piedras preciosas; el cual nos hace presentir el alto rango eclesiástico que este desempeña; intuimos por su aspecto que pudiera tener unos 78 años, aparece sentado dentro de lo que parece ser un confesionario oyendo a un posible pecador.

De pronto oímos una voz, que sale de la rejilla de la derecha del confesionario mientras el cura se inclina ligeramente hacia ella; es un hombre, un hombre adulto. Sus palabras en voz pausada, hacen que el silencio del lugar sea opacado por su tranquila desesperación al confesarse, y genere ese ligero eco que se produce al hablar en lugares con gran altura.

Voz: padre, no se que hacer….
Me seduce...
Aviva mis instintos más ocultos…
hace que mi corazón palpite a mil revoluciones por minuto, y que el tiempo se detenga en un instante…
Quizás sea su aroma…
Al tocarla siento...
(con euforia) Es deliciosa, jugosa!, irresistible!…
(con culpa) Es un pecado padre lo sé!, Pero mi mundo ha cambiado desde que la conocí
Necesito ayuda, un consejo, una palabra de aliento!

El longevo cura muestra una actitud muy serena y tranquila durante toda la confesión, y asiente con la cabeza mientras nuestro protagonista vocifera su parlamento.

Podemos notar en las pacíficas facciones de su cara que comprende el planteamiento de la confidencia y con su voz grave, antigua y sabia le responde: hijo, se de que me hablas y no tienes de que preocuparte, ve con ella, no tienes nada que perder, es única en el mundo y no hay otra igual, están hechos el uno para el otro, el señor entenderá… y tranquilo que eso sería un pecado contemplado y tiene perdón, no te preocupes…

Ahora con un tono mas eufórico dice: ahora corre!, no esperes más, ve a buscarla, hazla tuya!

Se abre plano desde el confesionario y rápidamente cae la imagen al ras del suelo por el medio del largo pasillo central de la iglesia entre las butacas, y vemos como del confesionario sale nuestro personaje corriendo hacia el primer plano de la cámara, podemos ver y oír como con paso apresurado sus enormes y brillantes zapatos rojos salen de la antigua iglesia.

De pronto nos encontramos otra vez donde la historia comenzó, en aquel callejón frío y solitario, ahora nuestro protagonista baja con rapidez la enorme y antigua escalinata, y se echa a correr con mucha prisa hasta doblar a la esquina dando la espalda a la cámara.

Cambiamos de toma, y al nivel de sus hombros vemos como con ansias empuja una puerta de cristal con sus gigantescas manos cubiertas por un par de guantes de color rojo brillante. Enfocados entre sus hombros y su cabeza vemos como frente a él, se asoma una larga cabellera rubia. Oímos como con voz nerviosa a nuestro protagonista decirle a lo que suponemos es un chica muy hermosa ¡hola!.. a lo que ésta con voz de asombro, ternura y alegría le contesta ¡hola!

A continuación toda la imagen se vuelve borrosa, sin dejarnos ver nada del lugar ni de nuestros personajes, pero si insinuando como poco a poco la cámara se va alejando de los protagonistas.

La imagen vuelve a ser nítida y vemos como el lugar es un mostrador de Burger King y nuestro protagonista, aunque aun de espaldas, se trata nada más y nada menos que el famoso Ronald Mc Donalds cogiendo una bandeja con su pedido, podemos ver su sombrero color arena que llevar para ocultar su enorme cabellera roja, además de la gran gabardina que casi le llega a los pies, sus singulares calcetines bicolores blancos y rojos a rayas y sus inigualables enormes y brillantes zapatos rojos.

En medio de la imagen aparece el logo de Burger King y debajo un claim que dice: El Pecado Contemplado


lunes, 25 de octubre de 2010

Una idea prefabricada en rojo y brillante amarillo

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En un mundo consumista, de grandes imperios, plagado de competencia y lleno de sabores efímeros y casi plásticos, un visionario decide crear un sitio, por no llamarlo restaurant, donde con muy poco dinero y tiempo puedes saborear un tipo de alimento un tanto diferente.

Pasaron los años y esta idea fue creciendo hasta plagar el mundo con sitios similares, una idea prefabricada en rojo y brillante amarillo que sin ningún motivo especial causaba furor en cuanta esquina fuera establecido. Sin razón aparente todo individuo que pasaba por este sitio entraba para adquirir alguno de los artículos que dicha tienda ofrecía con una sonrisa garantizada.

Años después, según estudios realizados, se convirtió en los sitios de comida más famosos del mundo. Incrédulo el dueño y creador de este lugar decide ir por todo aquel local comercial que se asemeje a su idea, después de mucho buscar, investigar e incluso espiar el "Sr. Donald Mc Ronalds" decide que a pesar de la poca calidad de su producto y que además su "restaurant" se ha convertido en la juguetería más grande del planeta se consuela y reconforta saber que su mejor sabor es el de la competencia.

lunes, 18 de octubre de 2010

For Rent (1er ejercicio)

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Tengo que dejarla y en realidad es una pena.

Altura estupenda, alejada del ruido de la calle y el agobio de la gente al pasar. Teñida de confortable marrón. El orden es de fácil acomodo, un gran armario está siempre disponible. La televisión es plana; nada de cosas antiguas; un espejo, una mesilla con lámpara y cama dúplex (ideal para las visitas) complementan el espacio.

Tiene una ventana; sí solo una; pero con una excelente vista a la ciudad, dotada de cristales de seguridad especiales para aislar el calor del verano o el más intenso frío de algunas fechas, además si hay suerte este invierno se podrá ver caer la nieve desde ella sin preocuparse del clima. Por la luz solar no hay que preocuparse, cuenta con un persiana exterior la cual protegerá tus sueños del más inclemente sol, o de la luna... ya depende lo noctámbulo que seas y tus fobias nocturnas.

Es más que cuatro paredes, es el entorno ideal para vivir. Si es lo que buscas y siempre soñaste en encontrar un entorno que sea el reflejo de modernidad, buen gusto y diseño, esta habitación es para ti.




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uno dos tres, probando... si... (esto como que no sirve)... a si mira como que si

bueno ya se me ocurrirá algo mejor